LOS EFECTOS COLATERALES DE LA COVID-19: VÉRTIGOS

A pesar de los numerosos estudios sobre la COVID-19, pocos se centran en analizar una de las consecuencias del virus menos conocidas: los vértigos.

¿Puede la Covid provocar vértigo?

Sí, a lo largo de los últimos meses se han notificado numerosos casos de alteraciones del equilibrio y acúfenos, además de las afectaciones de gusto y olfato (para más información pinchar aquí) en personas infectadas por coronavirus.
Estudios recientes demuestran que cerca de un 20 % de los pacientes afectados por COV-SARS-19 pueden desarrollar algún tipo de vértigo. Afortunadamente, la gran mayoría (95%) lo describe como una inestabilidad leve y únicamente el 5% restante ha sufrido vértigo intenso.

¿Son los vértigos otro de los síntomas colaterales de la Covid-19 como ocurre con los acúfenos o tinnitus?

Aunque todavía no están claros los mecanismos que desencadenan estos síntomas, sabemos que el coronavirus es capaz de dañar las células del oído interno y del nervio alterando su estructura o la vascularización que las nutre pero pocos estudios han profundizado, todavía, en ello.
En Clínica Ucelay trabajamos para estar al tanto de los últimos avances en estos campos y compartimos con el resto de la comunidad científica todas nuestras experiencias.

¿ACÚFENOS? ¿TINNITUS? UNA INTRODUCCIÓN

La presencia de pitidos o ruidos similares en el oído, sin que exista una causa externa que los origine, supone una merma importante en la calidad de vida. Existen diversos tratamientos para hacerles frente.

¿Qué son los acúfenos?

Los acúfenos, también llamados tinnitus, son un fenómeno perceptivo que consiste en notar sonidos o golpes en el oído sin que haya una fuente externa que los produzca. Los sonidos sólo son percibidos por la persona afectada y pueden ser muy invalidantes y molestos para la vida diaria. Se estima que un 35% de la población de los países industrializados ha padecido o padece acúfenos de algún tipo.

¿Qué los produce?

Las causas más comunes son la pérdida de audición y la exposición al ruido, aunque existen muchas más: desde fenómenos fisiológicos hasta infecciones pasando por la toma de determinados fármacos, la aparición de osteomas (huesos que crecen de forma anómala) en el conducto auditivo externo, alteraciones del tímpano o infecciones del oído medio, por citar sólo unos pocos

¿Se puede tratar?

Primero, siempre y cuando sea posible, hay que conocer la causa que ha originado el tinnitus. La dolencia se puede abordar a través de tratamientos farmacológicos (que requieren, en su mayoría, procesos prolongados en el tiempo), quirúrgicos (sólo para ciertas patologías de tinnitus) o terapias de reentrenamiento que permiten la habituación del paciente a este fenómeno así como su atenuación.

ALGUNOS DETALLES (ÍNTIMOS) SOBRE EL OLFATO

Sin olfato, no percibiríamos la mayoría de los sabores. Cuidar este sentido de función discreta pero esencial en nuestro devenir diario es una de las especialidades de Clínica Ucelay.

¿Es posible medir el olfato de las personas?

Sí, por supuesto. La evaluación del olfato se realiza mediante la técnica de la olfatometría. Ello nos permite identificar los olores que el paciente no es capaz de detectar. Una vez evaluado y detectado el problema debemos conocer la gravedad de éste. Para ello, nos serviremos de diversos tests para medir la calidad de vida y la escala visual analógica (EVA).

¿Qué diferencias hay entre olfato, gusto y sabor?

El sabor es la suma del olfato y el gusto.

El ser humano es capaz de identificar cinco gustos: salado, dulce, amargo, ácido y umami (vocablo japonés que significa ‘sabroso’) a través de 3 nervios diferentes: los pares craneales VII, IX y X. Sin embargo, sólo tenemos un nervio (el par craneal I), formado por 30 millones de receptores, para identificar los olores.

El trabajo conjunto del gusto y olfato nos permite sentir miles de sabores. Por lo tanto, la pérdida del olfato (parcial o total) afectará de forma negativa al sabor que percibimos de los alimentos.

¿Por qué es tan importante este sentido?

Hay quienes dependen de este sentido en su ejercicio profesional (por ejemplo, los cocineros) pero la pérdida del olfato tiene otras implicaciones. Las personas con alteraciones de olfato y gusto corren el riesgo de no detectar la presencia de tóxicos, humos, gas o ingerir alimentos en mal estado poniendo en peligro su vida. Esto explica que la pérdida de ese sentido tenga un gran impacto en la calidad de vida de estas personas.

SOBRE LA HIPOSMIA Y LA ANOSMIA

La alteración parcial o total de la capacidad de oler afecta, aproximadamente, a un 20% de la población sana. ¿Qué la origina?

¿Qué es la hiposmia y la anosmia?

Hiposmia es una alteración parcial del olfato. Sabemos que cerca de 20% de la población sana la sufre. La anosmia es una alteración total del olfato que llega a afectar a un 0,3% de la población sana. Tanto una como otra son motivo muy frecuente de consulta en Otorrinolaringología.

¿Qué las puede causar?

Sabemos que 2/3 de los pacientes con un resfriado común de origen vírico presenta alguna alteración del olfato, habitualmente por fenómenos inflamatorios como la congestión nasal y la rinorrea (mucosidad). Ambos fenómenos impiden la captación del olor por los receptores olfatorios que se encuentran en la parte superior de las fosas nasales.

CÓMO LLEVAR A CABO UNA REHABILITACIÓN VESTIBULAR

Los vértigos y mareos derivados de una lesión en el nervio vestibular son superables gracias a una sencilla rutina de ejercicios que ayudan al sistema nervioso. En el video que hemos creado, podrás conocer cómo realizar los ejercicios X1 y X2.

¿Qué es el nervio vestibular?

Es un nervio ubicado en el oído interno que se encarga de la función del equilibrio.

¿Qué consecuencias tiene una lesión de éste?

Una lesión en los receptores vestibulares periféricos (oído interno) o el nervio vestibular puede derivar en vértigos o mareos y, en consecuencia, en patologías que incapaciten al paciente para llevar a cabo sus actividades cotidianas.

¿Es posible recuperarse de una lesión?

Sí, por supuesto. La llamada compensación vestibular permite, por medio de ejercicios muy sencillos, que el sistema nervioso compense el fallo en el oído solucionando el desequilibrio paulatinamente.

¿En qué consisten esos ejercicios?

Son los ejercicios X1 y X2 que, a través de una movilización ocular y cefálica, producen los estímulos adecuados para que la compensación vestibular sea efectiva. La práctica periódica de estos permite una recuperación sea total y sin secuelas. A continuación, podéis ver un video que hemos realizado con los ejercicios de rehabilitación vestibular que mejoran el vértigo e inestabilidad que los pacientes sufren a causa de estos desequilibrios.